Es bien sabido que todas las parejas, aunque tengan una relación muy sólida, son susceptibles de pasar por momentos de crisis. |
Pero toda pareja tiene que evolucionar y transformar ese amor inicial en un amor maduro y sólido, en caso contrario podría llegar a desaparecer.
Es una etapa maravillosa en la que el amor se vive con mucha intensidad, pero no está carente de obstáculos. La convivencia diaria, el día a día, hace desvanecer la idealización que se tiene de la pareja. Tras la convivencia surge el primer desencanto, nuestra pareja no es tan excepcional como pensábamos. Además, tener que ceder y adaptarse a otras costumbres no es sencillo, se producen cambios a nivel personal y surgen los primeros conflictos que habrá que superar. Uno de los conflictos más frecuentes que encontramos en esta etapa es, cuando en la pareja uno quiere imponerse al otro, imponer su forma de hacer y de organizar la vida en común, lo normal es que el otro no esté dispuesto a ser sometido, generando los primeros conflictos de adaptación. Encontrar un equilibrio y una buena comunicación es fundamental para salir de esta crisis.
Esta crisis surge también en aquellas parejas que se han dejado llevar por la rutina, la convivencia se convierte monótona y el aburrimiento empieza a formar parte de sus vidas. Esto, junto con el deseo de recuperar una etapa perdida, puede dar lugar a la infidelidad en aquellas parejas que no tienen una relación sólida y en las que no ha existido una lucha por vencer los obstáculos que presenta la vida de pareja, tales como la rutina. La vida de pareja es muy compleja y requiere de un gran esfuerzo y dedicación, y es precisamente en esta etapa cuando más atentos hay que estar con nuestra pareja, demostrarle amor y hacerle sentir feliz es fundamental para superar cualquier crisis.
En esta etapa disponen de más tiempo libre, ya no trabajan y los hijos se han ido del hogar, en definitiva tienen una vida menos activa que les permite estar más tiempo juntos. Sin embargo en parejas que en su trayectoria no han sabido solucionar los conflictos que les ha deparado la vida llegan a la vejez con resentimiento, con la sensación de una vida malgastada. La jubilación y la salida de los hijos del hogar produce un vacío que puede dar lugar a una crisis en la pareja, se distancian cada vez más y empiezan a ignorarse.
1. Evitando todo tipo de reproches y ofensas incluso en las grandes discusiones donde se puede herir aún más por el propio acaloramiento de la discusión y la falta de control. 2. Después de un enfado la reconciliación debe llegar pronto, no hay que tener miedo a las discusiones siempre que no ocurran con demasiada frecuencia y no se falte el respeto en ningún momento. 3. Dialogar, saber decir las cosas, saber callar en determinados momentos y rectificar cuando estamos equivocados, es fundamental para superar cualquier crisis. 4. Aceptar a la pareja tal y como es, sin intentar cambiarla. 5. No te dejes absorber por el trabajo, cuando llegues a casa interésate por el trabajo de tu pareja o por el quehacer diario, aprende a escuchar. 6. Es necesario evitar el aburrimiento. En la vida de pareja tiene que haber proyectos, ilusiones, variedad, sentido del humor, diversión, vida social. La alegría y el buen humor son fundamentales para que a tu pareja le guste estar contigo. |